En los años 60-70 el istmo de Santa Catalina sufrió su primer boom, el turismo llegó de sopetón llenando la playa y su entorno de escandinavos. Las Canteras entró en obras, viejas casonas y otras edificaciones del paseo y calles colindantes se tiraron para construir alojamientos para tanto nórdico que nos visitaba. Trajo dinero para muchos pero la cicatriz de no hacer bien las cosas aún perdura, por ejemplo en la fea línea urbana de playa.
Ahora estamos viviendo la segunda metamorfosis importante de Puerto-Canteras-Guanarteme. Las nuevas modalidades turísticas como las viviendas vacacionales están haciendo que se construyan o rehabiliten edificios enteros para dicha práctica turística. Los alquileres son imposibles para los de aquí ante tanta vorágine por recaudar mucho dinero.
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En los 90 el turismo dejó Las Canteras dejando aquellos apartamentos turísticos en una situación delicada.
Poco a poco fuimos saliendo adelante gracias a los que ahora han sido expulsados por las Vv. La vuelta de los turistas es buena para la ciudad y debería serlo también para sus vecinos.
Hagamos las cosas con cautela, con orden y con sapiencia, si no algún día el turismo se aburrirá por no poder descansar por ser una ciudad muy grande, mal diseñada y ruidosa. Si el turismo nos deja como en aquellos años 90 lo vamos a pasar muy mal.[mp_block_12 section_title=»Más posts de actualidad » columns_number=»2″ post_tag_slug=»Titular, portada » post_sort=»rand» post_limit=»6″]
1 comentario
Juan Boza
4 de marzo de 2019Y me parece, permiteme hacer una observación a esa metamorfosis que apunta de que la naturaleza esta pendiente de ese crecimiento humano que se avecina. Cada vez la orilla esta más apartada. Diez años han sido suficiente para presentar esta imagen y de mantenerse en este fenómeno en otros cinco años la orilla estará a pocos metros de la barra. Solo la corriente de agua que entra por la puntilla, si se estudia el como NO se pierda, ayudara a evitar el desastre. Las mareas vivas se apartaran a limites mas lejanos y aparecerán nuevos rompientes. Y quien sabe hasta un nuevo paseo saliendo desde La Puntilla.
Un saludo