La cara más triste de la playa de Las Canteras es sin duda la cantidad de personas sin recursos que cada noche duermen sobre ella, a la fría relentada de la marea.
Bajo las barcas de La Puntilla, pegados a las casetas de las hamacas, en chabolillas construidas con plásticos, todo vale para poder echar un sueño.
Nos llenamos la boca con titulares de lo bien que va todo, pero nuestra joya capitalina esconde otra realidad que nos indica que hay muchísimas personas en Las Palmas de Gran Canaria que lo están pasando muy mal para sobrevivir.