Hemos recibido varias quejas en nuestra web sobre la excesiva frondosidad de los tarahales en la Cícer. Nos comentan que las personas despistadas o con problemas de visión podrían golpearse con sus ramas.
Nosotros estamos encantados de que estos arbolitos hayan florecido en la Cícer, un lugar donde antes nada crecía.
Sería conveniente que los servicios municipales de jardinería den una vuelta por el paseo de la Cícer y recorten un poco su exuberancia.
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