Entre sus repisas se paró la hora. Allí se quedaron expuestos, llenándose de polvo los souvenirs de los años 70. Aquellos que compraban los guiris de los años del boom turístico.
Caracolas, mandíbulas, collares, bolsos, bichos disecados se quedaron expuestos, paralizados. Convirtiéndose en reliquias del negocio turístico.
¿ Qué guardará esa tienda de la calle Ferreras entre sus rincones polvorientos ?
En los estantes y rincones del abandonado bazar reposa la arqueología del souvenir