En las tardes frías, El Confital muestra su lado más natural. La poca presencia humana hace que las aves se acerquen a la orilla para alimentarse; vuelvepiedras, garcetas, correlimos, zarapitos comparten charcos y alimento entre las rocas y mariscos azotados por las olas y el viento.
Respirar salitre en El Confital es de los placeres saludables que aún nos puede dar está ciudad. No dejes de pasearlo. Entre más frío, más natural El Confital.

Garceta

Vuelvepiedras

Correlimos y vuelvepiedras
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