El problema comenzó con un engaño, la empresa que tenia que proporcionar los soportes de la barandilla del paseo de Las Canteras le dio “gato por liebre” al ayuntamiento de entonces. Eran los años de la remodelación del suelo de la avenida y de la barandilla. Tras las obras de la galería subterránea que hay debajo del paseo se cambió el pavimento y las barandillas. Se sustituyó la vieja baranda de madera, con un coste casi nulo de mantenimiento, por la actual, teóricamente anti herrumbre.
Nos encasquetaron un material de peor calidad. Llevamos más de 10 años limpiando parte de la baranda con un acido súper fuerte. Tan fuerte que los trabajadores que lo manipulan van enormemente protegidos. Un acido tóxico que cae sobre la playa con las pésimas repercusiones medioambientales que esto acarrea.
La imagen para el turismo de un hombre vestido con mono y mascará como tod@s comprenderán no es la más adecuada.
Los que entienden dicen que tras más de 10 años echándole acido a los barrotes la limpieza dura apenas días, y así es. Tres días más tarde de pasarle el acido una vez más, los barrotes volvían a tener herrumbre. Lo comprobamos.
Llevamos 10 años o más pagando a una UTE de empresas para que realice el trabajo de limpieza de las barandas. Cuando terminan por una punta de la playa, empiezan por la otra, así más de una década. Lo que empezó como una solución temporal se ha convertido en una solución eterna, en una mala y costosa práctica.
¿Cuánto nos hemos gastado ya en estos años? ¿No era mejor y más económico ir cambiando poco a poco los malos barrotes por unos de mejor calidad? ¿Seguiremos con este trabajo de limpieza, y echándole acido a la playa eternamente?
Son las preguntas que nos hacemos, y nos gustaría que ustedes también se las hicieran.