Años cuarenta. El Confital
De derecha a izquierda: Celestinito –el último salinero-, un compañero de las salinas y un par de curas que presumiblemente estaban de excursión por la zona.
Un molino de viento sacaba el agua del mar y la repartía a los cocederos por medio de un acueducto de piedra de unos ochenta metros de largo. Para facilitar la tarea se había excavado un pozo justo en la base del molino.
Fotografía de la colección de Asunción Santana Ramírez.