Al sur de istmo hasta finales del siglo XIX existía un magnifico y extenso campo de dunas. Sistema dunar que llegaba hasta las mismas puertas de la ciudad antigua de Las Palmas de Gran Canaria. Hoy en día este pequeño desierto, cuyo valor científico y paisajístico es añorado por muchos, esta totalmente desaparecido bajo la desaforada construcción urbana.
Las dunas de Guanarteme estaban formadas por las arenas que las corrientes marinas depositaban sobre la playa de Las Canteras (antes del Arrecife). Los vientos alisios, predominante en esta zona, se encargaban de transpórtalas hacia el sur de istmo y hacia la actual playa de Las Alcaravaneras. A tener en cuenta que en aquellos años la arena circulaba – de un lado a otro de istmo, y hacia el sur- sin encontrar ningún tipo de obstáculos. Las dunas estaban “surtidas” constantemente de arena, haciendo que el sistema dunar de Guanarteme fuera de gran extensión y movilidad, habiendo años donde el avance de las dunas fuera un motivo de preocupación para la población grancanaria. Ya que el avance imparable de la arena enterraba huertos y cultivos en la vega de Santa Catalina o incluso en Triana, causando desazón entre los sacrificados agricultores de aquellos años. Obstaculizando el desarrollo de la ciudad hacia el norte. La carretera que unía la ciudad de Las Palmas con el emergente Puerto de la Luz sufrió inmensidad de veces el avance imparable de la dunas, siendo sepultada muchísimas veces por el poder de la arena.
Las dunas de Guanarteme mantuvieron todo su -esplendor- hasta finales del siglo XIX, a partir de entonces y poco a poco correspondiendo con el llamado “progreso “de la ciudad y el puerto, el progresivo deterioro de el sistema dunar fue en aumento, hasta nuestros días, donde ya, y por desgracia, no queda ningún resquicio de aquel maravilloso y grandioso paisaje dunar que formaban las dunas de Guanarteme. Esta extensión de médanos era de un gran valor científico para Canarias, por un lado como una pieza más dentro del sistema global de circulación de arenas marinas y eólicas que afectan principalmente a las islas orientales. Y, por otro lado poseía una vegetación y fauna costera de carácter totalmente endémico.
Bibliografía
Fernando Martín Galán “Las Palmas Ciudad y Puerto” Cinco siglos de evolución.
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