Tarde con claros, algo calimosa. Precaución con el mar y sus corrientes. Se están viendo algunos veleros, pequeña aguavivas inofensivas. Más datos y observaciones 

La tabaiba dulce y las olas del mar

Ahí más allá, y de esto no hace mucho tiempo, dando yo un paseo por la orilla de la marea en nuestra querida Playa de Las Canteras, me llegué hasta el Auditorio Alfredo Krauss, tomé asiento en uno de los largos escalones que miran hacia la mar oceana y me dispuse a escuchar el rumoroso,-ese día-, sonido que producían las olas al romper en los callaos y retirarse de nuevo mar adentro. Por cierto, éste singular sonido/rumor, siempre me hace recordar al que ocasiona la brisa cuando se cuela entre las agujas de los pinos. Quien lo haya oído sabe de lo que hablo, quien no, que se de un salto, un día que sople un poco de viento a cualquier pinar de nuestra isla y oirá que no miento.

Pero bien, lo que quería contar es que, siguiendo el vuelo de una gaviota que iba tierra adentro, buscando solo ella sabe que cosa, me encontré mirando a dos pequeñas montañas que están un poco más adelante, a la izquierda según se sigue la carretera hacia el Rincón. A una de ellas por su redondez terminal la llamábamos el Morro y a la otra por su agudo y alargado cerro la conocíamos como el Filo Cuchillo. Mirarlas y ponérseme en marcha la moviola del tiempo fue todo al momento y me vi, junto con otros amigos (hablo del año 1946, punto arriba, punto abajo) garrapateando por sus laderas en busca de tabaibas dulces. Contesto antes de que me pregunten. Resulta que le hacíamos unos rajones y el látex, la leche como la llamábamos, que escurría lo dejábamos un par de día en la planta y volvíamos por ella cuando estaba semi-seca, pues el espeso y gomoso liquido, ni repelente ni tóxico, que había “llorado” el mato era un buen sustituto del chicle.

Ahora bien habrá que indagar quien la bautizo como tabaiba dulce pues el látex es más bien tirando a amargoso. También nos íbamos a la Cuesta de Chile, altos de Guanarteme, y hacíamos la misma operación. Recuerdo que debíamos tener cuidado con no confundirla con la tabaiba morisca que esa si que es toxica e irritante. Más de uno termino con los “besos” como lebrillos. Cuando rajábamos la tabaiba observábamos un curioso detalle; las que crecían cara al sol, o sea en las solanas, soltaban el látex con un chinguido y parecía que daban un resoplido de agradecimiento al verse aliviadas de tanto requintamiento producido por los calores del sol. Las que crecían en zonas de umbría no tenían problema. En fin, son cosas que sin querer te vienen a la memoria y aquí las pongo. Tal vez alguien que lea esto hay sido participe de estas correrías y le sirva de nostálgica remembranza.

Apuntes sobre la Euphorbia Balsamífera

Nombre común: Tabaiba Dulce

Esta especie, junto con el cardon, es característica de las zonas bajas y secas de las Islas Canarias. Al contrario que otras euphorbias el látex de la tabaiba dulce no es tóxico y en otros tiempos se solía mascar para desalivar y fortalecer la dentadura. También una vez seco, se empleaba como chicle y se utilizaba para eliminar quistes y verrugas aplicando directamente sobre ellos.

Es el símbolo natural vegetal representativo de la isla de Lanzarote, según Ley Territorial 7/ 1991 de 30 de abril

Vicente García Rguez.

Noviembre 2006

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