“Existía un barquero que con una falúa a remo pasaba la gente de una orilla a otra”, explica Juan José Laforet, cronista de Las Palmas de Gran Canaria"
El cambio de denominación de la playa de Guanarteme a La Cícer no se debió a una decisión administrativa formal, sino que fue un proceso gradual, impulsado por la presencia de la central eléctrica y su influencia en la identidad local