Aunque la fauna en los alrededores de La Barra de Las Canteras es variada, la propia morfología del emblemático arrecife hace que no sea frecuente que se cuelen nuevos especímenes en el interior del mismo. Aún así, a veces sucede. Vamos a dedicar este capítulo a algunas de estas»apariciones».
[su_heading size=»15″ margin=»40″]La maravillosa vida que esconden los fondos de la playa de Las Canteras
1º) Una margullada que recuerdo especialmente fue la de una mañana del pasado diciembre, con el agua ya un poco más fresquita. En suelo rocoso-arenoso, a mitad de camino entre la orilla y la barra, me topé con un pequeño grupo de jureles. «Pseudocaranx dentex», pez de una llamativa coloración dorada que remata espectacularmente una franja amarilla, es común en Canarias, pero yo nunca lo había visto en Las Canteras. Fue una muy grata sorpresa.
2º) Otro pez al que solo he visto una vez (asomando entre dos piedras en la barra chica hace algunos años) es «Labrisomus nuchipinnis» cuyo nombre común suele ser bullón o baqueta, entre otros. Este en concreto se estuvo tan quietecito que me dió la oportunidad de obtener varios primeros planos. Aquí les dejo uno.
3º) ¡El roncador!, este si que fue una sorpresa. «Pomadasys incisus» es muy famoso entre los submarinistas de las islas. En la playa del Cabrón, por ejemplo, hay un banco muy famoso que es visitado frecuentemente por buceadores de todo el archipiélago. Según cuentan los pescadores, este puntal es difícil de coger porque nunca se mete dentro de las nasas. El ejemplar que ví estaba solo (cosa muy rara) en medio de un banco de seifías, en la barra chica. No pude captarlo con toda la claridad que merecía porque este si que es un culo inquieto. No hubo forma.
4º) Y para aparición estelar, la de un viejo amigo al que ya dedicamos el segundo capítulo de esta serie: el sargento mayor, un pez tropical. Nos visitó durante unas 3 semanas el pasado verano. Aqui les dejo una foto donde se aprecian los llamativos colores de su aleta dorsal.
Una temperatura algo más baja en el agua, la ausencia de alboroto en temporadas no veraniegas, o una pérdida momentánea de orientación pueden ser algunos factores que expliquen estas visitas inesperadas a nuestra playa. Haber encontrado a estos personajes a tan corta distancia de la orilla demuestra a las claras la bondad de las aguas de este bendito lugar. Sirva este reportaje para que tengan claro que aquí, dentro de la barrita, son bien recibidos. Y si quieren quedarse mejor para ellos, y para nosotros, claro.
Manuel Marichal
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