Nuestra playa una vez mas, es el lugar perfecto y privilegiado que se nos ofrece también para la realización , además de todos los deportes y ocio que son habituales, para la practica del chi kung.
Paseamos a veces por la playa y no somos conscientes de la maravilla que este medio nos regala a diario. Cuando hacemos chi kung en la playa, tomamos conciencia de forma activa del sonido del mar, de la brisa que acaricia y nutre nuestro cuerpo y nuestros pulmones de vida, del colorido y la luz que se muestra por la ventana que se abre entre las nubes y que casi nos asegura un baño de sol a diario. En definitiva la playa en si, es fuente y ejemplo de luz fuerza y vitalidad que se nos regala a diario, solo hay que realizar el ejercicio de detener nuestro ajetreo cotidiano, pararse y sentir, escuchar y alinearse en este fluido vital al menos por un ratito a cada día.
En chi kung abrimos a diario nuestros corazones para dar gracias al universo por permitirnos tener esto, disfrutarlo y tomar conciencia de ello, independientemente de cual sea la religión, raza o creencia de cada uno.
El método oriental del chi-kung es un arte de lo interior: las formas y los movimientos visibles son apoyos externos en los que se sustenta un trabajo que se desarrolla en la mente, que es el verdadero motor de esta filosofía.
El chi-kung nació en China hace miles de años y está basado en controlar la respiración y la energía (el chi) siguiendo un trabajo una disciplina (kung). Practicándolo regularmente conseguimos mantenerte sana y plena de energía vital, asegurándote una buena armonización física, mental y espiritual.
El hábito regular del chi-kung previene y promueve la salud, tanto mental como física; y puede prevenir enfermedades como la hipertensión, trastornos digestivos, asma, insomnio, artritis, reumatismo, migrañas, diabetes, trastornos renales e insuficiencia sexual; así como incrementa ciertas capacidades, como la concentración mental y la capacidad resolutiva de problemas.
El chi-kung adapta el organismo para enfrentarse a condiciones ambientales difíciles, mejora la circulación y la flexibilidad, elimina la ansiedad, ayuda a alcanzar la madurez y el equilibrio emocional.
El primer paso para practicar chi-kung es controlar adecuadamente la respiración, de forma que se equilibre la energía y se absorba la energía cósmica, que es el segundo pilar en el que se basa esta filosofía. El ser humano es energía y ésta debe fluir, no estancarse pues, en ese caso, aparecerán el cansancio y la enfermedad.
El lugar en el que se practique idealmente debe ser al aire libre, en un entorno natural y tranquilo. Es perfecto un sitio en el que fluyan los elementos: el mar, una cascada, que corra la brisa…, para que ayude a tu energía a renovarse. Los mejores momentos son el amanecer (la hora de la energía creativa) y la medianoche (cuando florece la energía).
La ropa para entrenar debe ser lo más cómoda posible y tu estado emocional relajado y alegre. La mente es el elemento más importante en el chi-kung, por lo que una actitud positiva permitirá sacar más partido del ejercicio.
Todos los movimientos del chi-kung son sencillos de realizar y no requieren gran esfuerzo, pero ayudarán a mantenerte en forma de manera armónica a quienes lo practiquen con regularidad.
Miguel Monzón