No hace mucho tiempo le oí decir esta frase a un miembro del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El problema no era otro que el resurgir de la delincuencia y el menudeo de droga en el llamado “ El Cuadrilátero”, confluencias de las calles Nicolás Estevanez, Tomas Millar, Joaquín Costa y Bernardo de la Torre. Sin lugar a ninguna duda el desasosiego y miedo ha llegado al vecindario. Peleas entre personas marginadas están a la orden del día, gentes llegados de otros lugares vagabundean y trafican a sus anchas. El problema es gordo, la policía nacional se ve impotente con el arraigo de la delincuencia, “salen como si fueran ratas” me comenta un vecino harto; como hartos estan las personas que han empapelado la zona con carteles pidiendo más presencia policial. Recordar que por este lugar transita el poco turismo que nos visita, y es paso obligado para los cruceristas que tienen sus barcos atracados en el Muelle Santa Catalina y que se dirigen a visitar Las Canteras.
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