“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Algo nuboso, temperaturas agradables

-Editorial- El día después

Con la perspectiva que da siempre un par de días para asimilar las imágenes vividas el día después, vamos a intentar opinar sobre lo que se vio y se olió el viernes 24 de junio, temprano por la mañana. ¡Qué desastre! La playa invadida de bolsas de basura, botellas rotas y restos de no sé qué. La mierda cubría gran parte de los 3.800 metros de nuestra playa, pero no unas pocas, sino miles de bolsas de basura. Miles de guarros que no son capaces de llevarse sus desperdicios, miles de “meadas” en la orilla, cientos de arrojaduras sobre la arena etc., etc., etc.

¿Ustedes creen que esta playa puede aguantar 150.000 personas de jolgorio, 300.000 pares de zapatos con miles de millones de bacterias, escupitajos, etc., etc., impregnando su rubia arena?

NO: 10 minutos de fuegos artificiales no son excusa para celebrar un megabotellón descontrolado. El Ayuntamiento callado, ni fu ni fa, la Concejalía de Playas, más de lo mismo. La misa no va con ellos.

Después de un invierno donde la marea se encarga de limpiar gran parte de la playa, se nos ocurre permitir este estercolero que ya deja “marcada” la playa para el resto del verano. Sólo las grandes mareas de septiembre y octubre pueden volver a hacer el efecto limpiador, mientras dejamos condenada la arena de la playa para todo el verano. Hongos y algo más estarán a la orden del día.

Por tanto, la pregunta que hay que hacerse es: fiesta de San Juan sí o fiesta de San Juan no.

52.000 kilos de basura abandonada en nuestra playa tienen la respuesta.

Tino Armas

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