“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Tarde agradable. Más claros que nubes

El día despues

Son las ocho de la mañana, domingo y cielo nublado, una ligera brisa refresca mis mejillas.

Ayer fue un día emblemático, la cultura de los pueblos es expuesta públicamente celebrándose con exposiciones y ventas de libros. Cada uno ofreciendo las últimas ediciones de novelas, historias, cuentos y hasta los placeres de la cocina; Todo aquello que el conocimiento escrito ha impreso en miles y miles de hojas de papel para engrandecimiento de la cultura y promoción de la lectura.

He estado leyendo ese libro que te regalan con gesto cariñoso. Marqué la pagina y me he ido a observar como cada mañana el estado del tiempo en Las Canteras. A la altura de la calle galileo, en la barandilla situada en la escalera, me apoyo en mis brazos cruzados dejando caer sobre ellos mis hombros y procuro relajarme. De pronto siento una agradable sensación al contemplar lo que ante mis ojos se me presenta. Es un paisaje que se repite muchas veces durante el año, pero hoy tiene un algo especial. Mi vista lentamente recorre el espacio entre la roca “Resbaladiza” en Punta Brava hasta los “Lisos” en el Charcón. ¡ Que hermosura! El Atlántico en su ciclo de bajamar deja como siempre al descubierto una singular familia de pintorescas rocas.

Entusiasmado con el paisaje parece que viva en esos momentos un encuentro con amigos que salen a saludarme y recordarme que ahí están y que poco a poco con el paso de los años se irán convirtiendo en fino polvo como tú y yo. Ese detalle lo compruebo al ver las faltas que ya presentan en su contorno y con una sonrisa al recuerdo confirmo que así será.

Las definimos como materia muerta, pero su energía interna la manifiesta generando vida, para la conservación de otras especies vivas. En su interior cobijan seres, abrigándolos de inclemencias del mar y de ataques de depredadores. Alguna vez también fue asidero para mí, que en un envite del mar, evitó males mayores. Y así sigo repasándolas una a una: Esta es, aquella está partida ¡lástima! te mantienes igual; Hasta que llego a ese brazo alargado que como una madre amorosa las resguarda, me refiero a Las Barras. Sigo leyendo renglones en mi memoria escritos a esa hermosa familia de rocas calladas. No puedo evitar en uno de esos momentos de lectura, que una lagrima corra por mi mejilla pensando que llegará ese día que no podré como hoy leer mi libro.

Como un canto cultural a nuestra queridísima playa de Las Canteras, estemos siempre atento a cuidarla, puesto que en ella se escribieron, se escriba y escribirán cada día grandes historias, que nacen en mentes de todas las edades y luego pasado los años, abrimos ese libro que cada uno redactó y guardado en cada cerebro – puede que sea el día después del día dedicado a la cultura – lo abre, empiece a repasar sus paginas y disfrute de ese pasado tan significativo en su vida, puede que paseando por Las Canteras.

Juan Boza Chirino

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