Son las nueve;
el sol resbala tras el Teide
Como ofidio torturado
el paseo se retuerce,
pero rodea la mar.
Verano
Sobre la arena, voluminosas,
asentadas en corro colorido,
moras.
Vendiendo muñequitos de madera
extendidos sobre una manta,
negras.
Mirando el tespaldar de los muchachos
y las muchachas,
los groseros del patio.
Algunas señoras mayores conversan
sobre nichos y lápidas; algunas ya han pagado.
Los hombres, como siempre, hablan de pasta,
la que han ganado, la que deben.
A esta hora da principio la
¨Ruta del colesterol¨, para mayores;
y se recogen los niños.
Es una tarde-noche esplendorosa.
Son las nueve; el sol, solemne,
resbala tras el Teide.
Anónimo