(Foto. Elisa de rodillas con su madre y su hermano Paco en el 69)
Ocurría que cada vez que me metía en el agua de la playa de Las Canteras sentía una gran alegría, una gran expansión…Me cogía de las rodillas o de los pies y me ponía a dar vueltas para adelante y para detrás…vueltas y vueltas…delante y detrás…Alegría, una inmensa y familiar alegría…Y así, mirando el agua cristalina, las rocas, el fondo, los peces y las algas de tantos colores…Los rayos del sol atravesando el agua y llegando hasta el fondo iluminándolo y haciéndole brillar, refulgir…Una maravilla…
De pequeña andábamos por la peña resbaladiza, de veinteañera-por eso de los novios- parábamos por la Playa Chica, y ahora un poco más mayor cualquier parte de la playa es buena…Es la Playa de Las Canteras..Mi playa, nuestra playa…
Hablando con Mamá me enteré hace unos años que mientras estaba embarazada de mí, Ella iba todos los dias,de todo un verano, a bañarse en la playa:…” Y me aliviaba tanto…que bien me hacia,venía como nueva,me encantaba…”.
Mi mamá era feliz…Yo también compartía esa felicidad que …¡Mira por donde! me era tan familiar…
Me he bañado en muchos mares y disfruto enormemente del agua…Pero cuando veo la Playa de Las Canteras, se me ilumina el alma y mi corazón revive una inmensa alegría al sentirme en un lugar conocido.
Remitido.
Ayúdanos a seguir informando día a día sobre nuestra playa: dona