Años 70.
La mona Flora fue, durante los muchos años que vivió junto a «los Momo», una integrante más de la familia. Fue comprada por Jerónimo, el patriarca, en el muelle. Desde ese mismo momento, la trató con respeto y cariño.
Hasta su muerte, causada por una imprudencia al comerse unos restos de centollos hervidos y desgarrarse el estómago, fue la atracción del lugar donde la familia tenía -aún lo posee- su puesto de hamacas. Flora vivía en un solar amurallado, donde los pescadores de la zona guardaban sus tratos de pesca, situado en la actual zona peatonal de Olof Palme (en aquellos años calle General Sanjurjo).
Jerónimo Montesdeoca, el padre de los conocidos hermanos Momo, la cuidaba como si fuera una hija más, la vestía, la abrigaba en invierno y la sacaba a pasear a la playa.

