Quienes viven o trabajan en la zona describen un panorama cada vez más insoportable: peleas constantes, gritos a altas horas de la madrugada, consumo de alcohol y drogas en la vía pública, y agrupaciones de personas alteradas frente al local. Los incidentes no son aislados, y el sentimiento general es de miedo e impotencia.
Mientras tanto, los comercios de la zona, muchos de ellos pequeñas empresas que cumplen escrupulosamente con todas las normativas, licencias e impuestos, trabajan atemorizados. Resulta inconcebible que quienes sostienen con su esfuerzo la economía local deban soportar esta situación sin respaldo institucional. No es justo que a los negocios que cumplen se les exija cada papel, cada permiso, cada tasa al día, mientras que otros establecimientos parecen operar al margen de la ley, sin que nadie actúe.
Este problema no solo afecta a la convivencia y la seguridad de los vecinos, sino también a la imagen turística de Las Canteras, uno de los enclaves más emblemáticos de nuestra ciudad. Los turistas que pasean por la zona durante las mañanas del fin de semana se encuentran con escenas lamentables: calles sucias, personas ebrias o drogadas tambaleándose frente a los comercios, gritos, peleas… ¿Es esta la imagen que queremos ofrecer de nuestra ciudad?
La situación exige una respuesta inmediata y contundente. No basta con mirar hacia otro lado. Las quejas vecinales son constantes, y sin embargo, la sensación es que ni el Ayuntamiento ni los servicios de seguridad están actuando con la firmeza que corresponde. Se necesita mayor control policial, inspecciones rigurosas y, sobre todo, voluntad política para poner fin a este despropósito.
Este no es un ataque gratuito a la hostelería ni a la vida nocturna. Es una llamada de atención a la falta de equilibrio entre el derecho al ocio y el derecho al descanso, a la seguridad y a la convivencia. No se puede permitir que el comportamiento de unos pocos convierta una de las zonas más bellas y emblemáticas de Las Palmas de Gran Canaria en un lugar inseguro y degradado.
Basta ya de impunidad.
Los vecinos y comerciantes merecen respeto, protección y soluciones reales.
La alcaldesa y los responsables de seguridad deben actuar ya, antes de que la calle Doctor Grau Bassas termine siendo recordada por la inacción de quienes tenían el poder de evitar su deterioro.
Firmado: un vecino más, de los cientos que estamos atemorizados por la situación.
2 comentarios
Paz
13 de octubre de 2025Hace décadas que están ignorando a los vecinos de plaza Farray por la discoteca Pequeña Habana a la que le dieron licencia para abrir de lunes a lunes hasta las 6 de la mañana con gritos peleas cagadas meadas y vomitadas cada noche ….. Ya no solo hacen oídos sordos sino que dejan que se extienda esa basura de gente destrozando la paciencia y el descanso de los vecinos.
Alfonso
12 de octubre de 2025Y el ayuntamiento como siempre mirando a otro lado, que con la metroguaga lo arreglan todo, esto es de vergüenza