En la vivienda de Carmen Santana Ramos, situada en el Polígono Cruz de Piedra, bloque 7, piso 2-A, se había extendido la alarma y la inquietud. Había motivos para ello, ya que los hermanos Calixto, Cosme de 38 años, Julio Calixto Santana de 21 años y otro hermano, llevaban desaparecidos desde el pasado lunes.
Cosme y sus hermanos habían salido a la mar anteayer, alrededor de las nueve de la mañana, para realizar las habituales faenas de pesca. Lo hicieron a bordo de la embarcación a motor “Tres Hermanas”, registrada en la Comandancia de Marina con el folio número 1.262, propiedad de su padre.
El regreso previsto se retrasaba considerablemente, lo que generó gran preocupación en los padres de los hermanos y en la comunidad local. Partieron desde un punto de la playa de Las Canteras, cercano a la calle Prudencio Morales, con el objetivo de capturar especies marinas típicas y apreciadas de la zona, como las que abundan en las costas de Sardina del Norte, en el término municipal de Gáldar.
La embarcación “Tres Hermanas” estaba equipada con un motor nuevo marca Volvo Penta de 45 cc y dos cilindros. Contaba con una eslora de siete metros, dos metros de ancho y un puntal de un metro cincuenta. Según los informantes, el tanque de combustible tenía una capacidad de 25 litros, además de otros 15 litros de reserva que llevaban en una lata. El consumo del motor era de aproximadamente un litro por hora, lo que justificaba aún más la preocupación de la familia y de todos los que conocían a los hermanos.
En la Avenida de Las Canteras, durante la tarde y buena parte del día de ayer, numerosas personas se congregaban, comentando y haciendo conjeturas sobre lo sucedido a los hermanos Calixto. Desde que zarparon, no se había vuelto a saber de ellos. La situación se agravaba debido a las difíciles condiciones meteorológicas: un viento fuerte del sureste y polvo en suspensión habían complicado la visibilidad en la zona costera de Gran Canaria.
Las duras rachas de viento alimentaban la especulación de que los hermanos podrían haber perdido el control de la embarcación.
Agotado el combustible, los tripulantes del “Tres Hermanas” se encontraban a la deriva y a merced de los elementos. Aunque, por otra parte, se barajaba la posibilidad de que se hubieran refugiado en alguno de los tantos recodos o calas que se encuentran a lo largo de la costa norte.
Hasta media tarde de ayer, las embarcaciones que habían salido en su auxilio para rastrear la costa mencionada regresaron sin encontrar absolutamente nada. La tarea resultaba imposible debido a las condiciones ya señaladas. Incluso, los múltiples vuelos que realizó con ese fin un helicóptero de la Base Aérea de Gando, que llegó a rastrear hasta los acantilados de Tenerife, no lograron resultados.
Sin embargo, la suerte, o quizá un milagro, hizo su aparición a media tarde, justo cuando las esperanzas comenzaban a desvanecerse. Lo que no consiguieron las pequeñas embarcaciones ni la búsqueda aérea, lo logró el “correíllo” de la Trasmediterránea, en su travesía Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria. Encontró la embarcación a la deriva en alta mar, en su ruta hacia el Puerto de La Luz. Los tripulantes fueron recogidos a bordo y llevados sanos y salvos hasta nuestra capital.
Hasta que se supo esta noticia, la playa de Las Canteras era un hervidero de gente, incluidos turistas, que ojeaban insistentemente el horizonte con prismáticos y catalejos. La tarea resultaba casi imposible, e incluso inútil, debido al polvo en suspensión que había persistido desde el lunes, lo que dificultaba la visibilidad. Lo más que se lograba observar, debido al oleaje, era la Barra.
Sin embargo, cuando menos se esperaba, sonó el teléfono en la Jefatura de la Policía Municipal, comunicando el rescate de los presuntos náufragos. El agente urbano de servicio en la playa de Las Canteras confirmó la noticia.
Minutos más tarde, el subjefe, el señor Cabrera Suárez, ordenaba a un coche patrulla llevar la noticia a sus familiares, domiciliados en Cruz de Piedra, adonde se habían trasladado desde el barrio pesquero de San Cristóbal. Tres personas habían vuelto a nacer.
Sus dimensiones eran un metro y sesenta centímetros de largo por noventa de ancho en el caparazón. Su peso se aproximaba a unos trescientos kilogramos.
Levantados entre los años 1940 y 1942 desde el mando de Canarias delegado en el General Ricardo Serrador, hoy cada playa, cala y rada de las islas principales posee un nido de ametralladoras con batida completa (aún se conservan más de 350).
Comentarios
Wito:
Noticia de mi familia … uno de ellos es mi padre y los otros dos mis tios
Pool fuentes:
Buen documento recuerdo vivirlo desde guanarteme al barrio llego la voz de los hermanos de la cruz de piedra ….Gracias