Guanarteme-Las Canteras se convierte en el primer barrio de la Las Palmas de Gran Canaria que avisa del problema de la turistificación.
Los inquilinos en régimen de alquiler de la zona de Guanarteme-Las Canteras están de los nervios. El síndrome del burofax no los hace dormir bien. Cada semana son avisados algunos residentes de “siempre” para que dejen sus pisos y apartamentos.
El auge turístico y vacacional del entorno anima a los dueños de los pisos a reclamar sus propiedades que tenían arrendadas para ponerlas en régimen de vivienda vacacional, o para subir considerablemente los precios del alquiler.
¿Quién no tiene un familiar o amig@ que ha tenido que abandonar su piso alquilado ante las nuevas exigencias de su propietario?
El desamparo de los perjudicados es total, los propietarios tienen toda la ley de su parte. El problema se siente más entre los mileuristas. Saben que el sueño de vivir cerca de la playa de Las Canteras se ha vuelto una utopía. El malestar en la calle es palpable.
Guanarteme y Las Canteras se está quedando sin residentes fijos en régimen de alquiler, es casi imposible alquilar una vivienda a un precio normal.
Otra batalla tienen los vecinos de los edificios residenciales si comparten espacio con algún piso en régimen de alquiler vacacional. El desfase vital entre quien vive fijo y quien viene de vacaciones hace que la regulación de está nueva forma de hacer turismo sea un tema a tratar urgentemente. Ambas convivencias en inmuebles residenciales son incompatibles.
Mientras tanto el barrio Guanarteme va cambiando, sigue creciendo. Más edificios, cada vez más grande. Se va haciendo más impersonal, menos familiar. Ya queda muy lejos aquel barrio -en las afueras- que nadie quería. Ahora se ha convertido en uno de los barrios más “exclusivos” de la ciudad.
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