“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Buen tiempo, día de playa

No podián faltar en la columna de María Sanchez una referencia a ” Las reinas de la fiesta”.

Margullando

Las reinas de la fiesta

Han sido las únicas e indiscutibles protagonistas del panorama playero durante todo el verano, las reinas de la fiesta, las trending topic, la portada de periódicos y revistas, las superstar, y como ellas, como las grandes divas del mundo de la farándula y el artisteo, han acaparado gran parte de la atención de los medios y de la gente de a pie cada vez que hacían su aparición en público. Como ellas también, se presentaban sin avisar, de repente, e inmediatamente se convertían en el foco de todas las miradas, el objetivo de todas las cámaras, el tema en torno al cual giraban todas las conversaciones en bares y oficinas. El interés que despertaban sus movimientos, sus apariciones y desapariciones, era tal, que se podía llegar a creer que fueran a hacer algo diferente a lo que suelen, pero no, ellas sólo tenían que estar, que ser; como las más grandes.

Por si no lo han adivinado ya, me estoy refiriendo a las medusas, o aguavivas, como se las conoce por estos lares, esos sinuosos y peligrosos organismos marinos de extraño aspecto que, con tan sólo un leve roce de sus frágiles tentáculos, provocan un fuerte dolor, hinchazón, picor y rojez que persisten durante días. Es tan potente el veneno de estos seres que, que incluso después de muertos, sigue actuando durante semanas.

Pues bien, no tenemos claro aún si ha sido a causa del cambio climático, la erupción del volcán del Hierro, o porque a ellas les ha dado la gana, pero lo cierto es que estos molestos bichos han decidido veranear este año en aguas de Las Canteras y jorobarnos el baño a todos los que la frecuentamos. Y pobre del incauto que, pecando de imprudente, decida arriesgarse y darse un chapuzón, haciendo caso omiso a los avisos de peligro de la explícita bandera roja que se apresuran a izar cada vez que las aguavivas hacen acto de presencia. Al principio todo parece ir bien: El agua está limpia en apariencia y no hay ningún “acompañante non grato” a la vista. Pero de repente, cuando menos te lo esperas, ¡zas! Picotazo al canto. La sensación inicial es como la que percibe al recibir una descarga eléctrica, pero inmediatamente se convierte en un dolor agudo que nos hace salir corriendo en dirección al puesto de socorrismo más cercano para que nos echen un buen chorro de vinagre, porque sólo los niños se atreven ya a utilizar el infalible remedio de echarse orina en la zona afectada para paliar los efectos del veneno, que en realidad es el mejor de todos por su alto contenido en amoniaco. Y después, a aguantar los picores durante días. El que advierte no es traidor.

Por María Sánchez Lozano

Crónicas anteriores:

>> ¡Atención, atención…!

>> Sopita y pon

>> Los dos patitos

>> Chándales y lycras

>>“ Ni mu”

>>“ Mirones”

>>”La señora de las pelotas”

>>”Amores de verano”

>>”cenizas”

>>”Sex on the beach”

>>”Sustos y arrechuchos”

>>”Arreglando el mundo”

>> ¿ Mojitos o leche y leche ?

>> “El primer saludo”

>> “Roca y sal”

>> “Un muro de recuerdos”

>>”Al caer el sol”

>>”Arte playero”

>>”Hijos de las Canteras”

>>”Jinetes del mar”

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