“Necesito el mar porque me enseña.”. Pablo Neruda

Viernes: aviso naranja por costeros (oleaje) y aviso amarillo por viento.

La Isleta por Juan Medina Sanabria

Se denomina “LA ISLETA” a una pequeña península en el extremo noreste de Gran Canaria, como si fuera un apéndice, con un tamaño lineal de 3704 metros (unas 2 millas) de Norte a Sur y casi lo mismo de Este a Oeste. Se conecta con el resto de la isla a través de un estrecho y bajo tómbolo de arena blanquecina denominado istmo de Guanarteme, formado en el Pleistoceno superior que rompe su aislamiento primitivo; su playa era conocida como del Carmelita, hoy Las Canteras. Junto a la bahía de Las Palmas y el puerto de La Luz, forma una de los mejores radas de Canarias.

La Isleta se configura como una gran meseta o valle central con una altura media de 75/100 metros y en sus extremos se levantan cuatro montañas principales. Estos cerros son antiguos conos volcánicos que en tiempos anteriores a toda tradición histórica, han visto correr torrentes de lava por sus costados y la misma se exhibe al presente con sus ennegrecidas y tostadas capas, refractarias a toda vegetación y ofrece en los acantilados de su litoral curiosas formaciones basálticas y cortes verticales que revelan la brusca ascensión del subsuelo y sus profundas convulsiones.

El historiador D. José de Viera y Clavijo(1), describía La Isleta de la siguiente manera: ” ISLETA (ínsula Parva).Isla pequeña, o más bien península a la parte N.E. de la Gran Canaria, y, contiguo a ella por un istmo de arena blanquecina. Tiene de circunferencia de casi dos leguas. Da abrigo al Puerto de La Luz y a la Ensenada de8 Arrecife, además de la Caleta del Confital, que hay en ella, mirando al Norte. Toda esta tierra fue, sin duda, obra de la tremenda erupción de un volcán, que hizo del fondo del mar su explosión; así no es más que un conjunto tumultuario de materias tostadas y de lavas porosas y ligeras, que llamamos malpaís, excelentes para la construcción de techos y de embovedados. En la ribera, llamada El Confital, se encuentran aquellas singulares concreciones calcáreas que imitan los confites de azúcar.”

En relación a la situación física del Istmo expone lo siguiente: ” ISTMO (Isthmus). Brazo de arenal que une a la isla de Canaria La Isleta que demora al N.E. Tiene casi 2 millas de largo y 1/4 de milla de ancho por el paraje más estrecho. En cada lado de este istmo, de arena blanca, hay un puerto. El del N.O. llamado Arrecife, sólo deja de ser peligroso para barcos pequeños, los cuales, pasando la barra, quedan en seguridad y pueden carenarse. A la otra banda está el puerto de la Luz, capaz de los mayores buques donde se hallan al abrigo de todos los vientos menos del S.E. que raras veces sopla. Entre las arenas del Arrecife se encuentran diversos fragmentos de jaspes, mármoles, granitos, cuarzos, espatos, pedernales, piedras micáceas, auríferas, argénteas, ferruginosas, cristalizadas, areniscas, calcáreas, etc.”

Las alturas de las principales montañas y su denominación son:

Del Faro. ……………………. 249 metros.

Las Coloradas (también Bermeja). ….. 240 ” .

Del Vigía. ……………….. 215″.

Montaña del Confital o de los Canarios. 120 ” .

La voz popular ha dado dichos nombres por el uso, color o cercanía a otro lugar. De esta manera tenemos el nombre Montaña del Faro, al haber este medio auxiliar de la navegación en su cúspide y Vigía por realizarse la función de “atalaya” desde tiempo inmemorial; las Coloradas o Bermeja (por su color rojo intenso tan característico) y Confital, por tener debajo la playa con esta denominación, cuya arena muy granada en forma de “confite” es la que da su nombre propio, siendo conocida también como de los Canarios por las antiguas cuevas allí existentes.

La Isleta es una de las unidades morfológicas más peculiares de Gran Canaria y un denso campo de volcanes del Cuaternario que se construye en dos fases: la primera formada por los volcanes de la montaña del Confital, de las Coloradas y del Faro y la segunda integrada por las montaña de la Esfinge, del Vigía, y al menos, otras cinco bocas más.

Según los derroteros marineros de la época, los lugares más importantes en la zona costera eran los siguientes:

* Punta del Confital.- Está en el límite Norte de la bahía del mismo nombre y la más Oeste de la Isleta; se presenta escarpada y peñascosa y dominada por un cerro cuya vertiente meridional cae a pique como una muralla y despide al Oeste un prolongado arrecife. Desde esta punta corre la costa como a media milla al Sureste, formando la parte Norte de la Bahía del Confital, y sigue hasta reunirse con el istmo de Guanarteme, descendiendo de altura y presentando muchas caletas o sinuosidades.

* Morro de la Vieja.- Desde la punta del Confital corre la costa de la Isleta en Noreste 1 /4 Norte por espacio de 1.4 milla (1 milla = 1852 mts) hasta la punta Norte de la misma, muy conocida por existir una pequeña prominencia de forma extraña, que los naturales denominan “Morro de la Vieja”, que despide una restinga llamada del Becerro.

* El Becerro.- A unos dos “cables”{1 cable 120 brazas; 1 braza 1,6718 mts.) al Norte del Morro de la Vieja se encuentra el bajo de este nombre, que se distingue durante el día por las rompientes que hay siempre, si las brisas son frescas, y cuando se espera reboso (según lo llaman los naturales). Por la noche anuncia su proximidad, a más de media milla de distancia, el ruido particular que produce al batir las aguas en las concavidades de la roca, a cuyas circunstancias se debe su nombre. Está situada en el paralelo de 28 grados 11 minutos Norte. Forma este bajo, con el Morro de la Vieja, un canal de 20 a 26 metros, practicable para buques de cabotaje en buenos tiempos.

* La Vaca.- Como un cable al Este del Becerro, y al NNE. del Morro de la Vieja, hay otro bajo nombrado La Vaca, que no vela ni aún en tas grandes mareas. Como está tan próximo al anterior, las precauciones que se tomen para huir de aquél valen a la vez para no caer en sus aguas.

* Las Bajas.- A unos 6 cables al ESE. cinco grados Este de la Vaca, hay otros bajos denominados Las Bajas, que salen hasta media milla a la mar desde la costa, y que no velan pero se distinguen fácilmente por las rompientes. Como estos bajos se hallan todos unidos a la costa, la navegación por esta parte es segura, no atracando a la tierra a menos de una milla, por lo contrario sería una imprudencia.

* El Nido.- Desde el Morro la Vieja sigue la costa en dirección ESE., SE. y S. hasta la punta más oriental de La Isleta denominada el Nido que consiste en un mogote saliente hacia el mar. de forma rara que se destaca aislado de las alturas de La Isleta.

* El Roque ó baja del Palo.- Próximamente a dos cables escasos, al ESE. de la punta meridional del mogote el Nido, se encuentra la baja del Palo. conocida vulgarmente con el nombre de El Roque; vela siempre, por cuya razón y la de haber mucha agua en su veril y en el cabo que forma con la tierra, no ofrece peligro, y se ve a distancia.

Partiendo desde la Playa de las Canteras y haciendo el recorrido en sentido Oeste-Este las actuales denominaciones de los lugares en la zona del litoral de La Isleta, son los siguientes:

* Punta del Arrecife; La Laja(Los Nidillos); Punta Gorda(roque Matavinos); Playa del Confital; punta del Confital; punta las Monjas; el Culatón; puntas de Las Salinas; Morro del Pulpo; Punta del Sangriento; Punta de los Acantilados; los Albarderos; Punta del Roque; Las Llanas; Roque Negro; Los Pollos; Playa del Sebadal ; La Ombliguera y nuestro puerto.

La Isleta tuvo durante siglos una vida lánguida que no debió transformar demasiado su morfología; una necrópolis aborigen, la marisquería, la pesca y una cantera, su utilización como refugio portuario y la fortificación del Castillo, fueron las únicas actividades y construcciones que afectaron a sus costas. El pastoreo abusivo en sus vertientes, meseta y conos volcánicos, produjo un retroceso continuado de los matorrales, extremando la aridez de este apéndice costero.

Desde tiempo inmemorial se extraía áridos de una cantera en La Isleta posiblemente en la zona donde hoy está la calle Faya “la escalinata” y Princesa Guayarmina conocida como “Cuesta de la mentira”, administrada por la ermita de La Luz siendo la fuente mayor de ingresos de la misma. Con el inicio de las obras del puerto del Refugio en 1883, comenzó la extracción de áridos en grandes cantidades donde hoy está el Sebadal, al tiempo que se continuaba el proceso de urbanización que no se ha detenido en la actualidad. La vertiente Sur de La Isleta, la que mira al puerto y a la Ciudad constituye en nuestros días pese a !a pendiente, uno de los barrios populosos de Las Palmas de Gran Canaria. El avance incontenible de la misma se ha visto frenado, digamos afortunadamente, al estar la mayor parte de la península bajo administración del Ministerio de Defensa, cuyas instalaciones y campos de entrenamiento ocupan buena parte de la meseta y valle central. Del estado primitivo de la zona costera del Noreste de La Isleta poco queda de “como la encontraron los conquistadores”, por haberse sobreexplotado como “canteras”, de donde se han extraído todos los materiales para la construcción y distintas etapas de ampliación del puerto de La Luz (Muelle Pesquero, Reina Sofía, etc.). Las mayores extracciones han sido del Sebadal y de la cantera existente detrás del penal militar.

La Isleta es uno de los paisajes volcánicos más recientes e importantes de Gran Canaria, enclavado además en el contexto geográfico que constituye a su vez no sólo un islote de extraordinario interés, sino que muchos entienden que debe ser el verdadero pulmón natural de nuestra Capital, y debería evitarse que estos terrenos no generen nuevos problemas urbanos y que todos los ciudadanos encuentren aquí. el mejor parque que necesita v merece la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

EL SEBADAL.- Se viene observando el nombre de este peculiar lugar de La Isleta escrito como “Cebadal”, siendo el significado de esta palabra “extensiones/terrenos sembrados de cebada”. En relación con la citada denominación, todos las informaciones recibidas de nuestros ancestros, ratifican que su nombre popular viene de la gran cantidad de “sebas” arrojadas por el mar a esta playa.

En el informe emitido por la Real Sociedad de Amigos del País, sobre la intención de poblar La Isleta con 200/300 vecinos (ver capítulo IV Población) dicha Sociedad dice a lo manifestado por el peticionario D. Dámaso Hermosilla Manrique sobre cultivos lo siguiente: “Nos negaremos absolutamente que en los años de abundantes lluvias pueda dar algún trigo y cevada, pero centeno seguramente no es semilla para tal costa; ella requiere cumbres y medianías; tampoco producirá aquel árido Secano Viña, como ya las produce toda esta cosía, ni los fértiles Barrancos de esta Ciudad en lo que no es de riego y ya se puede colegir, que la Arboleda, millo, y judías, que se propone D. Dámaso criar a beneficio del riego, que proveyeran sus proyectados tanques, y Mareta, sería cuando mucho para unos huertos o jardines, y, no en manera alguna para rendir considerables cosechas……”

Antes de la venta de La Isleta se subastaba su “aprovechamiento y lo único que se obtenía era el cosgo o barrilla, leña y caza. Después de la venía los propietarios plantaban flora acorde con lo aridez del terreno, como son las tuneras, tarajales, pitas, tabaibas. balos, higueras, tomates y tártagos.

En la página 5 de este libro (Capítulo II Venta/Expropiación), el cronista

D. Felipe Pérez del Toro en 1880 describía de la siguiente manera la parte cultivada de La Isleta: “existían grandes extensiones dedicadas al cultivo de cereales y huertas”. No indica que tipo de cereales ni el lugar donde estaban los citados cultivos. De la información obtenida hasta la fecha, se entresaca que la tierra cultivada estaba al poniente de La Isleta, en la zona de Las Salinas, donde incluso había unos muros/presas para recoger el agua de la “barranquera”. Siendo La Isleta muy árida, con total falta de agua. resulta incomprensible la existencia de cultivos de “cebada”, cereal que necesita, como mínimo, dos buenas regadas al año.

El escritor D. José Suárez Falcón (Jorde), en su libro “El Puerto de La Luz y los hermanos León y Castillo”, páginas 85 y 86 explica de manera somera el nombre de esta zona como “Sebadal” diciendo “la gente denomina sebas a las algas marinas y de aquí. probablemente, el nombre de sebadal.

Por otro lado, la zona de la montaña del Vigía y por consiguiente la del Sebadal, se forma en la última etapa volcánica que genera La Isleta y tiene todos los visos de haber sido la más inhóspita y más lejana del núcleo primitivo luego el más habitado dentro del barrio. Sus accesos eran intrincados por lo que siempre se buscaba arribar al mismo por la mar. Una de las razones de la instalación del Lazareto a la entrada de este lugar estuvo en su lejanía de la población, buscando tener separado los focos contagiosos por epidemias o procedentes de zonas declaradas “infestadas”, de los lugares habitados considerados saludables.

El diccionario “Tesoro Lexicográfico del Español en Canarias”, bajo el patrocinio de la Real Academia Española y Gobierno de Canarias, recoge las palabras “Sebas” y “Sebadal”, esta última como derivada de la primera. Por lo expuesto, el nombre de este lugar se escribirá como “Sebadal”.

Capitulo del libro Isleta/ Puerto de La Luz: Raices del escritor Juan Medina Sanabria.

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