Lo que son las cosas: en un abrir y cerrar de ojos, uno de los peces con más solera de Las Canteras ha pasado al primer plano de la actualidad playera, despertando más interés que el debate sobre la extracción de arena, la polémica del pan y los peces o las curvas de las aspirantes a Miss Las Palmas.
Dos bañistas que acabaron en urgencias la semana pasada (quizá víctimas de una araña o de una mantelina que frecuenta la zona del Peñón desde hace unos meses) y el avistamiento de arañas en la orilla de la playa han suscitado el debate sobre este animal, por otra parte muy habitual en nuestra playa (la acumulación de arena es aquí crucial), por lo que he decidido dedicarle el capítulo de hoy.
La especie que vemos en el interior de Las Canteras es “Trachinus draco”. Avistado siempre en suelo arenoso y generalmente semienterrado, se trata del típico pez bentónico que basa su estrategia de caza en la espera y el camuflaje, que domina como pocos. Verlo comer es un espectáculo: a un largo período de quietud absoluta le sigue un instante de acción fulgurante, donde se mueve a la velocidad del rayo mientras engulle a su presa de un bocado.
Pero la fama de este pez no proviene de sus aptitudes para el camuflaje, sino de su mecanismo de defensa. Aunque la talla de los ejemplares de nuestra playa no pasa de los 20 centímetros, este animal está catalogado, con todo merecimiento, como peligroso. La razón es que los radios de su primera aleta dorsal y las espinas de los opérculos están asociados a glándulas venenosas.
Pisar sin querer una araña es normal en playas tan frecuentadas como la nuestra, y muy doloroso. Ante una de estas picaduras hay que correr a urgencias lo antes posible pues, aparte del dolor y la hinchazón, también puede causar trastornos respiratorios y desmayos. El veneno de la araña de hondura (“Trachinus radiatus”) que cazan los pescadores deportivos de altura y que alcanza el medio metro de longitud y casi los dos kilos de peso, puede incluso producir la muerte.
La araña es habitual en las grandes superficies arenosas de Las Canteras, como la zona del Peñón, Reina Isabel, Muro Marrero, o la entrada al charcón (si alguno quiere ver un auténtico reguero de estos bichos que margulle en la zona de las boyas frente al Loopy’s y observe atentamente la arena), pero el peligro de este animal viene cuando se acerca a la orilla a primera o última hora del día. En días tranquilos, cuando hay pocos bañistas, hay que extremar la precaución a la hora de entrar y salir del agua ya que, aunque la tendencia del animal es salir pitando ante la presencia del hombre, su comportamiento es a veces impredecible y ante la amenaza se defiende como puede.
Así pues, canteranos, estén siempre atentos al entrar y salir del agua, pues estos bichitos abundan en nuestra playa. Les dejo con algunas imágenes de este animal de mirada penetrante y belleza salvaje. Mirándolas deberíamos recordar que somos nosotros lo que estamos invadiendo su hábitat cuando nos bañamos, y no al revés.
Salados saludos
Manuel Marichal
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