“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Tarde agradable: nubes y claros

Nuestras aves playeras: el vuelvepiedras (Arenaria interpres)

(Foto: vuelvepiedras sobre las rocas de El Confital )

El vuelvepiedras es otra de las aves migratorias que pasan el frío invierno europeo “veraneando” en nuestra bahía. Este simpático y rechoncho pajarillo mide no más de 23 centímetros de longitud y se suele ver durante el invierno canario volando y correteando entre las peñas de la orilla de la playa de Las Canteras y de El Confital, que gozan de un clima templado.

Es entre las piedras y las “sebas” de la orilla donde el vuelvepiedras común encuentra su alimento: peces, cangrejillos e insectos que revuelve entre pequeñas rocas y materiales que trae la marea. Es por este hábito de revolver las piedras con su pico en busca de comida que recibe su nombre.

Una vez finalizado el invierno, el vuelvepiedras emigra hacia el Círculo Ártico para anidar durante el verano boreal. Se le considera un gran viajero, ya que a pesar de su diminuto tamaño, recorre grandes distancias para pasar los duros inviernos árticos en costas y tierras más cálidas. Su distribución abarca todo el sur de Europa y las costas atlánticas de América y África.

El plumaje de ambos sexos varía según la época del año. En invierno, las partes superiores son de color pardo negruzco y las inferiores son blancas, con excepción de la ancha banda oscura en el pecho. En verano, las partes superiores son castaño rojizas y la cabeza es más blanca. El pico es corto y negro, mientras que las patas son anaranjadas.

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