“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Viernes: con la brisa del norte llegan las nubes

La orilla de la playa.

En mi paseo de esta mañana, por la avenida de Las Canteras, me he parado a la altura del Hotel Melia y la desaparecida Casa Galicia. Por cierto que lastima de edificio, no por la arquitectura del mismo, sino por lo representativo que era para mucha gente de este lugar tan entrañable. Tengo una anécdota que me ocurrió cuando yo tenia cinco años. Entonces esta casa se llamaba “Bar Jandia”. Recuerdo que venía de La Plaza del Puerto con una botella de leche de cabra, no me pregunte el por qué de la botella, pero el caso es que en un momento de distracción y en las mismas puertas del Bar Jandia, se me fue de las manos y quedó cristales y leche desparramados en un gran charco blanco. Pues bien, en lugar de recibir una reprimenda por parte del camarero que estaba en la puerta del bar, me dijo -muy serio- espera, se fue para dentro. Yo esperaba preguntándome ¿qué pasará ahora? Tal vez, que saliera con un trapo para hacérmelo limpiar, pero no fue así. Salió con una botella nueva de leche, también de cabra y seguidamente me dijo: Vete con cuidado no se te vuelva a romper. A lo que obedecí de inmediato y tranquilito me fui para casa, a Las Canteras 57. Nunca se me ha olvidado ese gesto cariñoso.

Pero a lo que iba. El sol está ascendiendo y sus rayos de luz rasan las azoteas de los edificios más altos, que se encuentran lindando con el Paseo de las Canteras. A la hora que hago esta observación, la luz que incide en la playa no lo hace sobre la misma orilla, unos años atrás esos primeros rayos de luz incidían en las pequeñas olas mañaneras y hacia resplandecer el blanco de su espuma.

Esto me hace pensar dos cosas: La primera algo extravagante – pero como hay tantos cambios astronómicos- Que el astro rey era más lento, pero seguro que no es así. La segunda que la orilla de la playa se ha alejado del punto donde estoy.

¿A donde me lleva este pensamiento?. En mi humilde lógica llego a pensar que no interesa sacar arena de la playa, para no perder de vista la nueva posición de la orilla, y no se vea afectada por la construcción de nuevos edificios más altos o añadir nuevos pisos a los existentes. Se evita de esta forma la construcción en plano inclinado, porque al sol no se le pone impedimentos desde primeras horas de la mañana, y La Playa de Las Canteras es cada vez mas ancha.

Siguiendo con esta idea, la orilla dentro de unos pocos años estará en la misma Barra. ¿Será verdad que existe una estrategia encubierta a tal fin y no se extraiga esa arena sobrante que está atacando la fauna de nuestra playa?

Juan Boza Chirino

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